🌆 Una Barcelona viva, para quienes la habitan
Con énfasis en una economía diversificada, Collboni planteó que la ciudad debe funcionar para sus habitantes, no solo para quienes la visitan. El foco estará en frenar la expulsión de vecinos, contener los precios de la vivienda, y hacer la ciudad asequible para la clase media y las familias trabajadoras.
🏘️ En ese sentido, confirmó que no renovará las licencias de pisos turísticos a mediano plazo y que se avanzará hacia un modelo de turismo más descentralizado, regulado y sostenible, incluso con restricciones al ingreso masivo de cruceros por el puerto.
🚍 Transporte, infancia y espacio público
El alcalde presentó un ambicioso plan de obras para mejorar la Villa Olímpica, reformar centros escolares y reforzar el transporte metropolitano. Todo bajo la premisa de redistribuir calidad de vida en cada barrio y hacer de Barcelona una ciudad “que cuide a quienes la caminan”.
⚖️ Convivencia, seguridad y justicia
Sobre los recientes episodios de conflicto social, Collboni fue categórico: “Se trata de unas 400 personas conflictivas y reincidentes, que ya están identificadas”. Aclaró que no se trata de criminalizar colectivos, sino de activar mecanismos judiciales y administrativos para frenar conductas repetidas. “Cada institución debe hacer su parte”, apuntó.
🗣️ Democracia urbana y liderazgo europeo
En el tramo final, el alcalde dejó una definición de peso internacional:
> “Cuando Barcelona habla, el mundo escucha. Formamos parte de una red informal de ciudades democráticas —París, Roma, Ámsterdam, Budapest, Estambul— que se sostienen entre sí. Frente al ruido del populismo, nuestra respuesta es clara: somos socialdemócratas, y creemos en instituciones fuertes.”
Sin nombrarlos directamente, sus palabras resonaron como una crítica velada a líderes globales como Donald Trump o Vox, que erosionan las democracias desde adentro.
🤝 Reconocimiento a los alcaldes democráticos
En un gesto que cruzó lo simbólico y lo político, Collboni propuso reconocer el rol de los alcaldes democráticos de Europa: figuras de proximidad que siguen caminando sus ciudades, sosteniendo el equilibrio entre gobernabilidad, escucha y pluralismo.
🗳️ “La oposición tiene que poder criticar. Es parte de la democracia. Lo importante es que las instituciones funcionen”, sentenció.
📌 Conclusión
Barcelona vuelve a mostrarse como ciudad faro, no solo por sus avances urbanísticos o tecnológicos, sino por su convicción democrática.
En tiempos de incertidumbre política y desafíos globales, la ciudad reafirma que gobernar también es caminar, hablar claro y, sobre todo, sostener valores.