Las bases de datos del fútbol español registran hasta 415 entradas de jugadores nacidos en Uruguay que han militado en las tres principales categorías: Primera, Segunda y Segunda B. Este país ha sido, es y será, a tenor de las cifras, un exportador de talentos balompédicos para los clubes de la Liga. El mejor ejemplo actual, el Atlético de Madrid, con hasta tres charrúas en el primer equipo: Josema Giménez, Luis Suárez y Lucas Torreira; a los que hay que sumar a Sanabria, del filial. Antes que ellos, Godín o Forlán, representantes de varias generaciones que han convertido al fútbol uruguayo en una auténtica industria.
Según datos de Transfermarkt, portal especializado en tasación de futbolistas, Giménez y Fede Valverde (Real Madrid) son los jugadores uruguayos más valorados, con € 70 millones cada uno. Son octavos en el ránking global de jugadores de la Liga que lideran Joao Félix y Messi (100 millones cada uno). En el tercer lugar de charrúas más valorados se encuentra Rodrigo Betancur (Juventus), otro joven que cotiza al alza, hasta alcanzar un valor de mercado de € 46 millones.
En cuarto lugar se ubica Maxi Gómez, quien también dio el salto a Europa por España, a través del Celta de Vigo. Hoy juega en el Valencia. Su coste estimado: € 35 millones. Cierra el ‘top 5’ el citado Torreira, con un valor de € 30 millones. Entre los seleccionados por Óscar Washington Tabárez para el combinado nacional hay otros jugadores que desarrollan su carrera en la máxima competición española, como son Mauro Arrambari (€ 20 millones), el propio Luis Suárez (€ 18 millones), o Damián Súarez (€ 2,5 millones), componente del Getafe como Arambarri.
En total, los 13 jugadores uruguayos que trabajan en la Liga suman un valor de € 279,3 millones, según Transfermarkt. Sólo hay otras cuatro nacionalidades más representadas en el torneo: 27 argentinos, 21 franceses, 19 brasileños y 14 portugueses. La situación se repite en Liga SmartBank, la segunda española, en la que juegan 10 uruguayos -cuarto país en representación-, cuya valoración conjunta asciende a 16,5 millones de euros, con Leandro Cabrera, el jugador del Espanyol, a la cabeza: valor de € 5 millones. Nunca un país con una población tan pequeña (3,44 millones) ha aportado tantos jugadores al músculo financiero de los equipos europeos. Y a priori el modelo seguirá funcionando.
La importancia del ‘baby fútbol’ para que no se escape ningún talento
Uruguay fue la primera campeona del mundo. Un hito que repitió en 1950. Ninguna otra selección ha levantado tantas Copas América (15). Pero hubo un tiempo en el que la fuerza exportadora de talento no era la actual. ¿Cuáles son las razones de este éxito? “Hay un factor muy importante y es el de la idiosincrasia del uruguayo. Se estima que uno de cada tres niños juegan al baby fútbol -el fútbol base del país-. Algo que explica la pasión por este deporte. En Uruguay todo gira alrededor del fútbol, por lo que desde muy pequeños son formados no sólo para ser buenos futbolistas, sino para ser competidores. Esto último es vital en el momento en el que llegan a ser profesionales”, argumenta Nahuel Beau, periodista, football scout y entrenador uruguayo, aunque residente en las Islas Canarias.
Entre otros proyectos, gestiona junto a Santi Sosa Migrantes del Balón Uruguay, edición de la española Migrantes del Balón que trata el día a día de los futbolistas y entrenadores uruguayos en el exterior. La capilaridad del fútbol de cantera del país ha conseguido que ningún talento se escape. “La selección, con sus éxitos en los últimos años, y la profesionalización llevada a cabo durante el proceso de Óscar Washington Tabárez también tienen mucho que ver. En cierta forma reavivaron una llama que se había apagado ligeramente durante los años 90 e inicios de la década de los 2000”, añade Beau, quien se muestra convencido de que en los próximos años seguirá creciendo el valor de jugadores de su país.
Es el caso de Ronald Araújo, central del FC Barcelona valorado en 15 millones; o Brian Rodríguez, extremo del Los Ángeles FC (12 millones). En su lista de valores que cotizan al alza también incluye a Darwin Nuñez, delantero del Benfica, tasado en 18 millones de euros, pero por el que el club portugués pagó 25 al Almería de Segunda española. Fue un traspaso récord en una categoría en la que uno de los jugadores mejor pagados es igualmente uruguayo: Cristian Stuani, buque insignia del Girona FC. Matías Arezo, delantero del River Plate de Uruguay (1,5 millones) y Manuel Ugarte, mediocampista del Famalicao portugués (3 millones), completan la lista de los ‘miros blancos’.
Tras la estela de Luis Suárez
Todos ellos siguen la estela abierta por Luis Suárez. “Su llegada al Groningen en 2007 marcó un antes y un después por su gran impacto inmediato. Así como por su posterior traspaso a un gigante como el Ajax. Pero antes fue Diego Forlán, que llegó muy joven al Manchester United. Si retrocedemos más, nos encontramos con la camada de futbolistas que fueron a Italia: Álvaro Recoba, Paolo Montero, Enzo Francescoli… Dejaron un gran recuerdo. Creo que el nombre de los uruguayos ahora es más respetado que antes. Se abrieron nuevas vías y no sólo se llega a Europa a través de Italia. Hay charrúas en prácticamente todos los países. Es un mercado que los europeos dominan cada vez más”, asevera el periodista y scout uruguayo.
El caso de Suárez fue paradigmático pero la multiplicación de valor de los futbolistas del país latinoamericano ha alcanzado cuotas sin igual con Fede Valverde o Giménez, tal y como recuerda Beau. El primero fue fichado por el Real Madrid al Peñarol por cinco millones de euros y ahora tiene una cláusula de 700. “El simple hecho de dejar Uruguay y estar en Europa multiplica el valor de los futbolistas, ya que es un mercado pobre del que todavía consiguen obtener joyas a precio de ganga. Es el caso de Manuel Ugarte, vendido por tres millones de euros al Famalicao, pero con un valor real mucho más grande”, argumenta Beau. El fútbol uruguayo se ha agarrado a estos flujos de capital que se multiplican nada más ponen los futbolistas un pie fuera de su país, con “un nivel muy bajo estructuralmente”.
“La mayoría de los clubes necesitan vender para subsistir. Por eso no se esfuerzan en mantener a sus mejores futbolistas durante mucho tiempo. Los suelen vender a edades tempranas por precios irrisorios. También influye el tener a dos potencias como Brasil y Argentina al lado, las dos con mucho mejor nombre a nivel mundial, algo que sin duda infla los precios con respecto a nuestro mercado”, sentencia este experto en futbolistas uruguayos en el exterior. Una materia que obliga a lanzarle una última pregunta, relacionada precisamente con el retorno de los hijos pródigos a casa. Algo que en las ligas brasileñas y argentinas es cada vez más frecuente: “Los futbolistas seguirán regresando a Uruguay en el ocaso de su carrera, como pasó con el ‘Cebolla’ Rodríguez (Peñarol). Pienso que es difícil atraerlos en edades más tempranas. No sólo por la diferencia de nivel con otros países, sino fundamentalmente por el tema económico”.
Futbolistas uruguayos en España: un músculo financiero de 280 millones (que no deja de crecer)
(Denís Iglesias) Josema Giménez, del Atlético de Madrid, y Fede Valverde, del Real Madrid, lideran el ránking con una valoración de € 70 millones. El valor de los jugadores uruguayos no para de crecer en la Liga, donde son la quinta nacionalidad más representada.