Una alternativa seria “crear espacios de confluencia entre viviendas y oficinas a través a apuestas público-privadas”, explica Miquel Laborde, socio de Laborde Marcet, como la oportunidad que brinda el distrito 22@ de Barcelona, con un 30% de las oficinas cerradas.
El paisaje comercial de Barcelona ha experimentado transformaciones significativas en los últimos años, influenciado tanto por el contexto político como por el económico. Como consecuencia, el número de locales comerciales vacíos ha aumentado entre un 15% y un 20%, según un informe del observatorio digital Eixos, realizado para los API de Catalunya. Dicho informe señala que a finales de 2023 se contabilizaban más de 50.000 locales sin uso en las grandes ciudades españolas.
La escasez de oferta para la reapertura de la actividad obliga a encontrar soluciones para promover la reutilización de estos espacios. De hecho, los expertos subrayan la importancia de adoptar enfoques estratégicos y colaborativos: “Aprovechar el potencial de los locales vacíos puede revitalizar la economía, mientras que la subutilización de los establecimientos puede tener repercusiones negativas en el tejido urbano”, advierte Miquel Laborde, socio de la consultora inmobiliaria Laborde Marcet.
En esta línea, Laborde propone una alternativa viable: “crear espacios de confluencia entre viviendas y oficinas a través de apuestas público-privadas, lo que permitiría una rehabilitación de los locales para diversos usos y la generación de equilibrios en la ciudad”. Esto daría solución a grandes problemas que tiene la ciudad, como es precisamente la escasez de la oferta comercial y la falta de vivienda.
Un modelo mixto entre locales y viviendas
Un ejemplo es el distrito 22@ de Barcelona, donde un 20% de las oficinas permanecen desocupadas. “La posibilidad de converger estas áreas con fines residenciales presenta una oportunidad valiosa para optimizar el espacio urbano y promover la diversificación de los barrios”, recalca Laborde.
"Si no se actúa, se perjudica a los vecinos y al crecimiento de emprendedores y pequeñas empresas en Barcelona", explica Laborde, que añade: "al reutilizar estos espacios de manera innovadora, no solo creamos oportunidades comerciales, sino que también contribuimos al enriquecimiento y la diversificación de los barrios".