Antes de que se formalizara Simplr, sus fundadores ya se conocían de haber trabajado en Sillicon Villey para empresas como Apple, Google o Nike. Y fue en esa época cuando Ángel Bou, su CEO, comenzó a pensar acerca de una plataforma que pudiera albergar todas las suscripciones de una persona juntas. Con la pandemia, todo el proceso se vio acelerado y el modelo se pudo ir implementando poco a poco, hasta tal punto que hace nueve meses se lanzó la plataforma.
De esta manera, Simplr se ha convertido en el único marketplace del mundo en el que puedes tener activa cualquier suscripción, pudiendo quitarla y ponerla cuando quieras. Además, todas las suscripciones que tenías antes de entrar en la plataforma, las puedes tener ahí. Desde Simplr, también dan la posibilidad a las empresas colaboradoras de crearles una plataforma interna donde se ofrezcan productos de suscripción que interesen a sus trabajadores. Y por último, con su trabajo buscan ayudar a otras empresas para implantar el modelo de suscripción.
Esta startup tiene muy claros sus ideales, son una plataforma blanca. Lo que significa que no les quitan los clientes a las empresas que ofrecen su servicio en la plataforma. Simplemente, les ofrecen un nuevo canal donde se pueden buscar sus servicios. Y tanto es así, que sus partners no pagan nada por estar en Simplr, ni Simplr a ellos. El marketplace solo se lleva un margen de lo que ganan los partners con sus servicios.
“Hemos salido con 200 partners pero queremos más, el último es Estrella Damn, con un click tienes una suscripción de 24 botellines al mes y lo puedes quitar cuando quieras. Con Ducati, puedes alquilar motos solo para el finde también y con ByFormosa, tienes una suscripción para que te llegue un pack BBQ, en el que entra una barbacoa, la carne y hasta el chef”, cuenta David Blay, director de comunicación de Simplr.
Para llegar a acuerdos con esos colaboradores, han tenido que ofrecerles muchos datos sobre los hábitos de consumo actuales. Por ejemplo, a día de hoy un 20% de todas las transacciones que se hacen en el mundo con tarjetas de crédito corresponden a suscripciones, es decir, más o menos 1 de cada 4 transacciones, lo que equivale a hablar de € 20 billones de transacciones con tarjeta de crédito en la economía de suscripción.
Esta economía de la suscripción o subscronomics se trata de una tendencia al alza con previsiones muy importantes. Para 2023, se estima que 3 de cada 4 negocios de consumo cuenten en su oferta con planes de suscripción, lo que sería el 75% de los negocios del planeta. “Es mucho más sencillo para las compañías estimar los flujos de efectivo con este modelo y, por lo tanto, de generar estrategias de mercado y atraer inversores”, explica Pablo García Arribas, economista y analista financiero en la plataforma de SaaS VC.land.
España es el cuarto país europeo con más suscripciones y se estima que avance puestos. “La pandemia ha afianzado a los consumidores hacia este modelo de negocio, aumentando las suscripciones a plataformas y servicios mensuales en torno a un 12%”, prosigue Pablo.
En nuestro país, hay mucha demanda histórica de series y películas por lo que plataformas como Netflix y HBO encajan a la perfección. “Han llegado al mercado consiguiendo muchos clientes, desarrollan muchas estrategias que crean la necesidad de tener sus servicios y, al final, todo el mundo tiene una o más de estas plataformas”, cuenta el secretario general de FACUA Rubén Sánchez. De hecho, Simplr está negociando con Netflix para poder ofrecer su servicio en la plataforma y que puedas desactivarlo cuando quieras.
Lo cierto es que, en este nuevo marketplace, tienes todo tipos de productos y servicios, hasta tractores agrícolas para los agricultores que no pueden comprarlos. En este caso, la vendimia por ejemplo dura dos meses, entonces Simplr les ofrece la posibilidad de alquilarlos solo por ese tiempo. Y es que la empresa tiene otra premisa clara, promover una economía circular y sostenible, no hay que almacenar ni tirar nada sino favorecer al planeta. En el caso de influencers, pueden suscribirse a un plan de bolsos de lujo durante un mes y llevarlo a eventos y después desactivar la suscripción.
“La principal ventaja es que es un sistema mucho más cómodo para el consumidor. Se pueden probar los productos y servicios durante los primeros meses e incluso comparar diversas opciones y continuar con la suscripción que mejor satisfaga tus necesidades, incrementando la competitividad del sector”, afirma Pablo García.
Otra de las grandes apuestas de Simplr son los packs ya que tienen muy detectados los hábitos de consumo de sus clientes. Un ejemplo: un diseñador freelance recibe una oferta de trabajo pero, para llevarlo a cabo, necesita un ordenador con un gran procesador y es muy caro. Ellos le ofrecen la opción de tener ese ordenador solo por unos meses y que así, gane dinero. Con el teletrabajo, también han creado un pack que incluye inmobiliario, portátil, platos fitness y clases online, entre otras cosas. Simplemente para que tengas todo reunido en un único plan.
Con la ropa de bebé pasa lo mismo, puedes tenerla por unos meses y devolverla, pudiendo ahorrar dinero. Simplr intenta siempre que se pague por uso de manera muy corta, prácticamente al día. Los nómadas digitales que necesitan servicios rápidos para su vida, las familias y los singles que quieren vivir experiencias y no comprar constituyen su público potencial.
Actualmente, la startup se encuentra en España pero, antes de final de año, estarán presentes en California y de ahí pasarán en 2022 al resto de Europa. Desde la empresa, afirman que primero quieren consolidar estas zonas y, después, ir hacia el mercado latinoamericano y asiático.