Así se desprende de los resultados provisionales del operador ferroviario y que muestran una rápida recuperación en el negocio de servicios comerciales, es decir, en los AVE y Larga Distancia, que llegaron a disparar un 190% sus viajeros.
Este avance responde al levantamiento de todas las restricciones a la movilidad que se comenzaron a imponer hace ya más de dos años para limitar la propagación del coronavirus entre la población y que ha supuesto ahora un aumento de los viajes.
Pese a que todos estos datos todavía están por debajo de las previsiones que la compañía había incluido en sus presupuestos, los datos relativos a Semana Santa --cuando la compañía marcó un récord desde el inicio de la pandemia-- no están incluidos en este balance de resultados, puesto que este año cayó en abril y por lo tanto en el segundo trimestre del año.
Además, la compañía sigue sufriendo el impacto de los altos costes de la energía. En concreto, esta partida fue de € 162 millones, frente a los 74 millones del año pasado, es decir, un 171% más y hasta un 118% por encima de las previsiones que la compañía había hecho.
Los ingresos totales de Renfe, aún provisionales, fueron de € 917 millones, un 37% superiores al mismo periodo de hace un año, y el Ebitda pasó a terreno positivo, con € 540.000, frente al negativo de € 53 millones registrado en marzo de 2021.