Inflación y desocupación funcionan como un balancín: cuando suben los precios tiende a bajar el desempleo y viceversa. En momentos como los actuales, los gobiernos tienen a preferir no desacelerar la recuperación económica, tolerar la inflación y recibir las palmadas en la espalda por la suba del empleo.
Claro, lo que diferencia a la medicina del veneno es, en muchos casos, la dosis y en ese sentido PIMEC ha vuelto a pedir hoy medidas efectivas para poner fin a la escalada de la inflación de los precios para evitar más costes empresariales.
Teniendo en cuenta los datos relativos al índice de precios al consumo publicados por el INE, la patronal considera que es necesario centrar esfuerzos para evitar la espiral inflacionaria que se está produciendo a partir del aumento del precio de los productos energéticos, de determinadas materias primas y de los costes de transporte.
Además, avisó de que esta situación provocará efectos negativos en la economía vinculados a la indexación de la inflación por parte de distintos colectivos y sectores económicos, que puede derivar en una espiral alcista de costes empresariales de segunda ronda muy difíciles de contener: salarios, alquileres, precios de materiales y componentes, tipos de interés, etc.
Para encarar esta situación, PIMEC sigue recomendando que los incrementos de salarios, que son necesarios, se indexen en cestas de indicadores, y no sólo en el IPC. Y pone como ejemplo algunos indicadores: productividad, resultados, evolución del PIB, inflación subyacente, costes, etc.