Prestando solo un poco de atención, entenderemos que el “Empire Experience” se trata, ni más ni menos, que de la experiencia propia de un emperador. Un lujo para pocos, que se encuentra en el centro de Barcelona. “Cuando digo “para pocos” no me refiero solo al poder adquisitivo” le asegura a InfoNegocios Barcelona Raquel Jiménez, alma máter de Bali Spirit, Luxury Art Spa. Está claro que un buen pasar económico es una condición necesaria, pero no única, para alcanzar el nirvana.
“Nuestros clientes, tienen un gran poder adquisitivo, y son personas muy exigentes, pero también es gente sensible. Y eso si es condición necesaria para poder vivir la experiencia”, asegura Jiménez.
Un refugio en medio del caos
Durante sus más de diez años de recorrido, el Spa Bali Spirit ha obtenido múltiples galardones internacionales, entre ellos el premio al mejor Spa del mundo por innovación. “No es fácil sorprender a las personas que ya han probado lo mejor del mundo, en los lugares más exclusivos”, cuenta su creadora durante la entrevista con InfoNegocios Barcelona y agrega: “Y aquí ocurre. Hay un lugar en pleno centro de Barcelona que tiene un producto para los más exigentes, y ellos quedan muy satisfechos”. El abánico de “ellos y ellas” es tan amplío, como único: reyes y príncipes, actores de Hollywood y los deportistas de elite más reconocidos son solo algunos de los que le han dado su aprobación al spa, no solo acudiendo, sino volviendo en numerosas oportunidades.
Ubicado en el Eixample, este paradisíaco templo se inspira en las antiguas tradiciones balinesas y es el resultado de años de investigación y estudio en India, Indonesia, Tailandia y Vietnam.
“Soy una humilde princesa, una Blancanieves de familia sencilla, humilde, que cogió las mochilas y se fue a Asia a descubrir el mundo espiritual. Así llegué a trabajar para gente muy importante y he pasado mucho tiempo junto a grandes maestros que me han enseñado a servir”, responde Raquel Jiménez, fundadora y directora, al ser consultada sobre el origen de todo.
El abanico de precios es muy amplio y si bien se puede comenzar con una experiencia por solo € 44, el precio va in crescendo de acuerdo a la experiencia sensorial y quién(es) la realiza(n). Llegando a su punto más alto con el “Empire Experience” de € 1.200, aunque actualmente está en promoción por € 879.
Valor y precio no son lo mismo
“No hay masaje más caro en el mundo que el “Empire Experience”, ¡es un hecho!” afirma su creadora, y redobla la apuesta “pero no tengo dudas que es una de las experiencias más impactantes del mundo”.
Inspirado en un cliente egipcio que pidió un masaje único para él “y que no se lo haga a nadie más”, nació el 8 manos, “sabiendo lo que le gusta a los príncipes y a las princesas, a los reyes y a las reinas” cuenta Raquel durante la conversación con InfoNegocios Barcelona, dejando deslizar una pista sobre el germen de la idea.
Sin evadir la pregunta sobre su precio, Jiménez se encarga de recalcar su valor: “Cuando las cosas son únicas, ya les puedes poner el precio que quieras, sin embargo, hemos puesto un precio justo, que se amolda al perfil de nuestra clientela y al perfil de las personas más exigentes, sibaritas que buscan ser sorprendidos”. Además, el precio de la experiencia sensorial va ligado también a las terapeutas que realizan este masaje: “estamos hablando de cuatro maestras holísticas que acarrean muchísimos títulos y experiencia profesional. Hablamos de personas que te tocan el cuerpo y te llegan al alma”. Un detalle de un valor incalculable, sin dudas.
Un rato de evasión, ilusión y regeneración
A semi oscuras y con los ojos vendados, el “Empire Experience” recorre los 4 Elementos de la naturaleza, sin olvidarse de lo que para muchos es la quintoesencia: el éter. "Contamos con un Director Artístico que introduce elementos escénicos a la experiencia. Con él trabajamos mucho la vista y el olfato”.
Sobre el final de la entrevista con InfoNegocios Barcelona, Jiménez dejó la definición más enigmática sobre su masaje estrella: “es algo muy grande pero lleno de pequeños detalles y no digo más porque el resto hay que vivirlo”.