En este sentido, el periodista experto en moda Rafael Muñoz tiene claro que: “Creo que la palabra no es afectar, más bien es influir. La pandemia ha corroborado una tendencia que venía pidiendo paso: la comodidad, tanto para desplazarse como para trabajar. Desde hace años la gente se desplaza en bicicleta o patinete y para ello necesita ropa cómoda. Luego vino el teletrabajo, el quedarse en casa y ya no había excusas para no llevar pantalones elásticos de algodón y todas las versiones posibles del chándal. Hemos visto a Anna Wintour con pantalones de chándal, ya no hay motivo para rasgarnos las vestiduras. Lo importante es saber en qué situaciones tienes que dejarlos en casa”.
Aunque Muñoz añade: “No todo vale, y el traje masculino sigue siendo una pieza imprescindible, un básico que ahora deja de estar relacionado con el trabajo y se queda para las citas ‘serias’, ceremonias, eventos o para los momentos de placer. La sensación de llevar un buen traje y que te quede perfecto es única”. En esa línea coincide la también periodista, Lola Gavarrón que sentencia: “El mundo del tailoring se ha hecho mucho más ‘easy going’”.
Desde el otro lado del mostrador, José Manuel Eslapez, director de sastrería de TomBlack, considera que: “Hay una parte financiera que obviamente nos ha afectado a todos los negocios por tener que cesar de forma tan repentina nuestros servicios y otra parte más involucrada en la tendencia de la ropa que hemos utilizado. Esto quiere decir, al vernos obligados a estar en casa, teletrabajando, sin poder acudir a ningún tipo de eventos, el bespoke o tailoring ha pasado a un segundo plano, nos hemos tenido que reinventar y adaptarnos a unas tendencias de ropa más cómoda y desarrollar nuevos patrones para opciones casual”.
Del mismo modo, Manuel García, director creativo de García Madrid, defiende la idea de que “esta pandemia ha afectado a todos los aspectos de la vida, entre ellos, la forma de vestir y de comportarnos. La moda refleja el comportamiento social de los individuos y haber reducido nuestra movilidad o el auge del teletrabajo, o las reuniones por videoconferencia ha supuesto que el uso del traje más formal haya disminuido, relajando nuestro vestuario”.
La moda es un reflejo de la sociedad, una pieza más dentro del contexto histórico que nos toca vivir y se convierte en una perfecta radiografía de las circunstancias y situaciones que nos rodean. Bajo este prisma, la pandemia ha tenido un efecto directo en cómo visten los hombres el traje ahora mismo. De hecho, el director de sastrería de TomBlack considera que: “No solo en la moda masculina, ha cambiado en la moda en general, sobre todo durante el periodo en el que hemos estado con el estado de alarma (…) Al final nos vestimos para afrontar nuestro día a día, no quiero decir que la gente no se preocupe por su imagen, siempre va a haber gente más presumida o que le dé más importancia a su imagen, pero es cierto que hemos buscado más comodidad y confort que buscar la perfección con un traje.” Y concluye: “El traje, efectivamente, tiene una idea más cosmopolita, con nuevos tejidos elásticos, combinado con camiseta y zapatillas, cada vez le damos más utilidad a una prenda que cada día evoluciona con nuestro estilo de vida”.
Por otro lado, el director creativo de García Madrid señala: “La moda siempre es cambio y se trata de adaptarse a las condiciones actuales. Llevamos unos años en los que los trajes iban entallados, con pantalones muy ajustados, una corriente que marcamos desde nuestra casa y que se convirtió en seña de identidad. En estos momentos, estamos evolucionando hacia un traje más relajado y con siluetas algo más alejadas del cuerpo. Dentro de una temporada la podremos ver de forma notoria en la calle.”
Del mismo modo, Rafa Muñoz lo tiene claro: “La sociedad ha cambiado porque han cambiado los hábitos, las costumbres, los trabajos –hay mucho emprendedor que trabaja allá donde tiene su teléfono móvil- y esto, claro, hace que cambien nuestros armarios. La rigidez del traje ‘apretao’ es como la de los pantalones vaqueros que parecen leggings, es una horterada, son de mal gusto.”
Normalmente los cambios inesperados tienen como respuesta reacciones inesperadas. En este sentido, consultamos con los expertos si se viste mejor o peor tras la pandemia. Lola Gavarrón lo tiene claro: “Se viste de otra manera. La ropa es reflejo de las circunstancias”; y a su vez coincide de nuevo con su colega profesión, Rafa Muñoz, que señala: “Vestimos de una forma diferente, acorde con la situación tan atípica que estamos viviendo. Lo que no se hace, y eso lo tengo claro, es vestir mejor.”
Asimismo, José Manuel Esclapez destaca que: ”Vestimos más cómodos, bien es cierto que empezamos a ver en grandes empresas cómo no son tan estrictos a la hora de obligar a utilizar corbata, pero no creo que vistamos peor, siempre va a haber gente con una distinción especial a la hora de vestir, y gente que le da menos importancia, pero de forma general no creo que vistamos peor, de hecho, la moda masculina cada vez se preocupa más por nuevos patrones y formas en sus prendas”.
El outfit perfecto para una videollamada
De sobra es conocido el mito (o no tanto) de que las presentadoras y presentadores de informativos sólo van arreglados de cintura para arriba, pues la mesa que suelen tener les tapa de cintura para abajo y suelen vestir de una manera más relajada.
Pues bien, si tu eres de este tipo de personas con esto del teletrabajo has hecho todas tus videollamadas de manera elegante frente a la cámara pero con un chándal, bañador, short o (incluso) pijama durante el confinamiento aquí tenemos un par de consejos de los expertos y expertas.
Lola Gavarrón considera que el look perfecto para esas reuniones online –tan en boga hoy en día- pasa por que “la persona se sienta más cómoda”. Por su parte, José Esclapez señala: “En una videollamada, lo más importante, dado que se va a ver, es la parte superior, por lo que la prenda con la que debemos aparecer es una camisa, la camisa siempre será nuestra mejor aliada. Si es una videollamada de poca relevancia, el look perfecto sería un pantalón chino y camisa sport, puede ser de rayas, cuadros o Oxford lisa. Si la videollamada tiene mayor relevancia, sería perfecto utilizar traje, o bien, americana y camisa si el trabajo lo permite.”
En este sentido, Rafa Muñoz admite: “Yo evito las camisetas y las sudaderas. Prefiero una camisa o un polo, que es una solución estupenda para mantener un equilibrio entre ‘lo demasiado casual’ de la camiseta y ‘lo demasiado serio’ que puede llegar a ser una camisa, aunque… hay muchos tipos de camisa”. Y Manuel García remata: “Habrá que pensar con quién vamos a hacer la videollamada: la confianza que tengamos con las otras personas, el tipo de reunión que se va a hacer, si requiere de un cierto protocolo. Tampoco es que sea radicalmente diferente nuestra forma de comportarnos respecto a reuniones personales”.
Según un artículo publicado hace unas semanas por Aleks Cvetkovic, en ‘Financial Times’, titulado: ‘How to wear a suit now’ (Cómo llevar un traje ahora) “las fabricaciones son tradicionales, sin embargo, los cortes se inspiran en estilos más casuales, incluidos los abrigos de trabajo, y están diseñados para mezclarse y combinarse”.
En este sentido, cabe recordar las palabras del que fuera Ministro de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo y Montojo, en el catálogo de la exposición ‘Sorolla y la Moda’ que acogió el Museo Thyssen en 2018: “La moda no es solo reflejo de la forma de vestirnos en un momento determinado, sino que trasluce la evolución de los modos, las pretensiones y las costumbres sociales a través de los años”.