En los últimos años, fenómenos como la globalización, la inmigración y el tránsito de talentos entre los diferentes países han supuesto el nacimiento de un factor muy valioso para las empresas: la multiculturalidad. Tal es su relevancia que un estudio de la consultora Boston Consulting Group (The Mix That Matters: Innovation Through Diveristy) muestra cómo las empresas con un porcentaje de diversidad y multiculturalidad mayor logran tener un 19% más de ingresos que el resto.
El gran movimiento cultural que se ha producido durante los últimos años ha generado un nuevo desafío para las empresas: la capacidad de adaptarse a diferentes culturas e idiomas. Este reto se presenta, por ejemplo, en las reuniones de trabajo con personas de otros países. Por ello, la escuela de idiomas Berlitz, presente en más de 70 países, propone cinco consejos para bordarlo en una reunión multicultural.
Primeros pasos para afrontar una reunión multicultural
1. Superar las barreras lingüísticas
Los expertos de Berlitz señalan que, ante una reunión multicultural, es importante encontrar un idioma común con el que todos los asistentes se sientan cómodos hablando. De este modo, es mucho más fácil comunicar ideas y opiniones de una manera natural y comprensible para todos. En este sentido, el inglés suele ser el idioma que predomina en la mayoría de situaciones, aunque en los últimos años también se ha dado un aumento del uso del alemán o el chino. Además, cada idioma cuenta con numerosas adaptaciones regionales. Por eso es importante que los miembros de una reunión utilicen la misma variedad. En inglés, por ejemplo, las variedades dominantes son la británica y la americana.
2. Observar las costumbres y tradiciones de cada cultura
En este tipo de ocasiones es muy común recurrir al humor para romper el hielo, pero es recomendable evitar las bromas sobre estereotipos culturales, ya que el receptor podría no entenderlas o incluso sentirse ofendido. Otro aspecto a evitar es la invasión del espacio personal: mientras los españoles son personas muy cercanas, los ciudadanos de países del norte de Europa se caracterizan por mantener un estricto espacio entre personas.
3. La puntualidad, el engranaje principal
La puntualidad es uno de los aspectos más delicados y que puede sentenciar toda reunión. Está claro que se trata de un factor que varía con creces dependiendo de cada país. Por ejemplo, en países como Corea del Sur, Japón, Alemania, Reino Unido o Suecia, es bien sabido que la puntualidad es la reina para la educación. Establecer y especificar de manera clara la hora a la que asistir será clave para empezar con buen pie.
4. Adaptar el lenguaje: algo simple, pero necesario
En algunos países del sur de Europa o del sudeste asiático, tener un discurso muy directo puede conllevar unas connotaciones negativas al ser percibido como algo grosero. Mientras que, en otros países, como en Alemania, puede parecer un factor positivo e incluso eficaz a nivel laboral. Desde Berlitz, se propone adaptar y suavizar el discurso para llegar a un mayor público, siempre y cuando no se pierda la esencia del mensaje principal.
5. No arriesgarse con la alimentación
En caso de reunir a un grupo multicultural y ofrecer algún tipo de bebida y/o comida, es importante tener en cuenta las dietas alimenticias y religiones. Acciones tan simples como brindar con una copa de champagne para celebrar el éxito de un negocio pueden convertirse en algo un tanto delicado por razones como la religión. Lo mismo ocurre con los alimentos.
“Estos consejos deben considerarse en cualquier tipo de reunión multicultural”, explica Ginés Méndez, director general de Berlitz. “No obstante, si estos encuentros van a ser frecuentes, es aconsejable el uso de alguna herramienta que permita identificar las diferencias sociales y culturales entre los diferentes países para poder establecer un tono y tipo de reunión que encaje con todo el equipo”, añade.