Llega a Barcelona Archery Wars, la guerra de arcos que propone la empresa de entretenimiento Golden Pop. Si Juego de Tronos fue la semilla que hizo germinar la euforia por la era medieval, la fantasía y las batallas épicas, en una escala más mundana y siguiendo unas normas de seguridad, Archery Wars permite acercarte al deporte del tiro con arco a través de un juego emocionante y peliculero.
Puedes venirte arriba lo que quieras, pero tu puntería y la estrategia que idees será lo que determine tu supervivencia. Tendrás dos opciones a la hora de empuñar tu arma: un arco muy similar al homologado utilizado en los Juegos Olímpicos, aunque con menor tensión (sin excusas para flojuchos) y otro que dispara los proyectiles con mayor potencia ideal para los más asalvajados. Las puntas de las flechas, para decepción de aquellas mentes destartaladas, son de gomaespuma y por sentido común hay un árbitro que pone límites a los más pillos. Se deben respetar las reglas.
Es una experiencia ideal para grupos de 2 a 10 personas y el coste es de € 10 por jugador y 30 minutos de juego. Existen varias modalidades: duelo por equipos, todos contra todos, captura de bandera (robar la bandera de tu equipo contrario y llevarla a tu base sin que te eliminen en el intento) y defiende el castillo.
Tener puntería, saber protegerse y cubrir a tus compañeros es tan importante como aprovisionarse de flechas y armarlas en tu arco con la mayor rapidez posible. Es un momento delicado en el que eres vulnerable y en el que sin lugar a duda serás acribillado sin compasión por tus rivales si resultas ser lento y torpe. Si te golpean con un proyectil 3 veces debes salir a la Zona de muertos donde estarás fuera del juego por un tiempo concreto o hasta el final de la “guerra” según se pacte.
A diferencia de otros juegos como el Paintball o el Laser Tag, con los que existen puntos en común, la guerra de arcos no requiere de un equipo de seguridad completo. Basta con unas gafas protectoras y seguir las normas con responsabilidad.
Id afinando vuestra puntería y recordad que la suerte favorece a los más audaces.