Durante el primer trimestre de 2021, se han constituido 5.275 nuevas sociedades (+11% respecto al mismo período del año anterior), alineado con la dinámica de crecimiento económico del resto del país. Paradójicamente, este boom del emprendimiento, coincide con una tasa de paro juvenil superior al 33%. Si bien es cierto que se ha reducido casi en un 5% desde 2020, se trata de una situación insostenible para este colectivo.
Estos datos, nos hacen plantearnos la siguiente pregunta. ¿Estamos viviendo una época de emprendimiento forzado por la necesidad laboral de los jóvenes?
Representando un 19% del PIB total de España, Cataluña es la segunda región que mayor riqueza genera al país. Desde hace décadas, es una tierra de oportunidades laborales para jóvenes recién graduados que buscan iniciar su andadura en el mundo laboral o progresar en este.
Muchas grandes multinacionales están instauradas en esta comunidad que emplea a más de 3.5 millones de trabajadores. Con el COVID-19, se disparó el desempleo juvenil hasta niveles históricos (38% en 2020). Actualmente, esta tasa se mantiene por encima del 33%. Sumado a esto, con el nivel salarial medio, es prácticamente imposible asumir el coste de vida en esta región.
La mentalidad de las nuevas generaciones, junto con las herramientas tecnológicas a su alcance, les permite decidir si instaurarse en el modelo tradicional y luchar por un puesto de trabajo digno, o decidirse a emprender y buscar una vida que les permita conciliar.
En Cataluña se está cosechando un gran ecosistema emprendedor, en parte forzado por la situación, pero acelerado por la cultura emprendedora transmitida de generación en generación.