Con más de 25 años de experiencia, Walter Vogt ha cocinado en diversos restaurantes y hoteles en Argentina y Europa, incluyendo 10 años orientado a la enseñanza como profesor de cocina y pastelería tradicional y creativa, donde fue jefe de equipos de creación de platos.
“Este espacio y todo lo que estoy haciendo es la consecuencia natural; mi evolución profesional -resume Walter-. Estamos en constante cambio y lo que ves es el resultado de mi carrera gastronómica, motivada por el deseo de crecer, experimentar y evolucionar. Todo ello influenciado por la apertura y la integración cultural de los lugares donde he estado de paso o residiendo, lo que hace que vayas aprendiendo y creciendo cultural y gastronómicamente”.
El estudio ha sido diseñado y concebido para vivir experiencias gastronómicas, abarcando conceptos y enfoques tan variados que van desde el puro placer de degustar y comer, pasando por la oferta formativa tanto amateur como profesional y el asesoramiento y gestión de eventos que, en el caso de las empresas, se plantea un interesante abanico ya que también incluye catas, teambuilding y gamificación.
En cuanto a los puntos diferenciales, Walter menciona: “creatividad, dinamismo, innovación y evolución”. Si bien siempre nos adaptamos a las necesidades y gustos de nuestros clientes, lo hacemos ofreciendo un extra que hace que cada servicio o evento sea único. “Un valor diferencial lo aporta mi experiencia, la calidad de los productos que utilizo y el tipo de comida que elaboro. Aplicamos un plus gastronómico a través de los ingredientes, la técnica y la experiencia en sí y ese conjunto, que es diferente y llevo a la mesa, sorprende y se disfruta”.
Si bien los principales clientes son empresas y particulares Walter también trabaja con organizadores de eventos, con quienes se dan interesantes sinergias y colaboraciones. “La base -dice- es escuchar y captar las necesidades y gustos de cada cliente y a partir de ahí elaboro propuestas hasta conseguir el match. Con todo ello busco que haya una comunicación a través de la comida”.
La experiencia gastronómica-gustativa es uno de sus fuertes: la originalidad de la cocina, el disfrute, la comodidad del lugar (que permite una larga sobremesa) la intimidad y la conexión que se genera entre los asistentes, completan los destacados.
Es todo un placer para mí ver a nuestros clientes sentirse como en casa, comenta Walter, “existe una gran libertad de movimiento dentro del estudio. La gente se siente cómoda y no quiere irse, se hacen unas sobremesas muy amenas. Es un espacio de uso exclusivo. Un sitio acogedor y tranquilo. Una burbuja donde la conexión y la comunicación fluyen y este aspecto es ideal para las dinámicas de grupo”.
Las vivencias y prácticas creadas en el estudio se pueden trasladar tanto a viviendas particulares como a empresas, ya sea en formato de catering o cocinando en sus propias cocinas o espacios habilitados para ello. Las tarifas dependen del tipo de servicio o actividad y del número de participantes o comensales, lo cual otorga gran flexibilidad.