El estudio asegura que si bien los líderes ejecutivos han "comprado la fiebre de la IA", las organizaciones se enfrentan a dificultades a la hora de cumplir con las expectativas. En esta línea, si bien la IA está lista para convertirse en la herramienta empresarial transformadora por excelencia, tal y como defiende Christian Pedersen, Director de Producto Principal de IFS, es revelador que se espere que la IA reduzca significativamente los costes y aumente los márgenes, pero la falta de una estrategia sólida evidencia que las empresas tienen insuficiente personal formado y están mal preparadas para alcanzar estas ambiciones. Precisamente, desde IFS aseguran que el valor de la IA no se limita a una sola capacidad, sino que radica en su integración en todos los productos y procesos empresariales, de forma que respalde los procesos de toma de decisiones de los clientes y proporcione los datos y servicios de IA necesarios para lograr resultados más rápido.
OPTIMISMO EN IA: PLANIFICACIÓN ESENCIAL
Según determina el estudio, muchas empresas están rezagadas en términos de preparación para la IA. Casi la mitad de los encuestados (48%) están más enfocados en recopilar propuestas que en tener una estrategia clara con resultados perceptibles (27%). Además, una quinta parte está en la fase de investigación, con pruebas no controladas en curso, y otro 5% carece de un enfoque coordinado y aún no tiene nada en marcha. A pesar de estos desafíos iniciales, persiste el optimismo. Los encuestados son más propensos a creer que la IA podría marcar una diferencia significativa en su negocio en 1-2 años (47%), y otro cuarto (24%) cree que podría ser dentro de un año. En particular, los directivos son optimistas sobre el impacto a futuro de la IA tanto en la producción inteligente y/o la eficacia en la entrega de servicios, como en la gestión empresarial y operativa (22%). Ven el mayor impacto en la innovación con nuevos productos y servicios (20%), la toma de decisiones sobre crecimiento y modelos de negocio (20%), empoderar a las personas y aumentar la retención de talento (19%), y por último en la experiencia del cliente y el servicio al cliente (19%).
SE NECESITA ACCIÓN EN LA PREPARACIÓN DE DATOS
Para aprovechar los beneficios de la IA, las empresas deben capitalizar su activo más estratégico: sus datos. Tanto el volumen como la calidad de los datos son críticos para el éxito de las aplicaciones de IA. De hecho, el 86% reconoce la importancia de disponer de datos en tiempo real para proyectos de IA exitosos. Sin embargo, menos de una cuarta parte (23%) de las empresas han completado el objetivo de tener datos fiables que sirvan de base. Además, menos de la mitad (43%) de los encuestados tienen la mayor parte de sus datos estructurados, aunque con algunos datos que todavía permanecen sin estructurar. "La falta de madurez en la capa de datos que deben servir de base debe abordarse como parte de una estrategia general de IA, de lo contrario, la IA simplemente nunca será la bala mágica que pueda impulsar la empresa”, explica Gonzalo Valle, presales manager de IFS.
Con todo esto en mente, el poder de la IA industrial radica en su capacidad para influir en todos los aspectos de un negocio, desde la innovación de productos y la experiencia del cliente hasta la productividad y los aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Su potencial es enorme cuando los ejecutivos y las organizaciones logran combinar visión, estrategia, tecnología y habilidades. “Ahora es el momento de retroceder, evaluar y construir un verdadero plan de IA industrial y convertir el cuento de la lechera en una realidad”, concluye Valle.