Para los que el miedo al fracaso no los detiene, pero deben hacer frente a los costes que implica el emprendimiento, Alexander Kotov, Director de banca de la app de banca móvil Vivid, explica qué es el capital riesgo y por qué puede ser clave para pasar de la visión a la ejecución.
¿Qué es el capital riesgo y cómo funciona?
Cuando una empresa se encuentra en la fase inicial de desarrollo tiene muy difícil acceder a préstamos bancarios y a mercados de capital. Sin embargo, existe un tipo específico de fuente de financiación empresarial que invierte dinero en startups con gran potencial de crecimiento durante sus primeros pasos: el capital de riesgo. De esta manera, “las empresas emergentes venden participaciones, normalmente inferiores al 50%, a este tipo de fuentes e invierten el dinero que obtienen en hacer funcionar la empresa hasta generar el dinero suficiente para mantener un modelo sostenible”, afirma Kotov.
Los fondos de capital riesgo son inversores, pero ¿de dónde sale el dinero que invierten? “Dichas cantidades suelen proceder de grandes instituciones como fondos de pensiones, empresas financieras y compañías de seguros que deciden dedicar un pequeño porcentaje de sus fondos totales a inversiones de alto riesgo”, comenta el Director de banca de Vivid. “Como estas inversiones representan una parte ínfima de las carteras de los inversores institucionales, los inversores de capital riesgo pueden decidir fácilmente cómo gestionar el dinero. Además, estas instituciones ven en el capital riesgo un gran aliado, ya que cuando las empresas financiadas prosperan, el rendimiento del capital riesgo es tan alto que compensa con creces todo el dinero perdido en otras empresas que no tuvieron éxito”.
Ventajas y desventajas: ¿para qué empresas es realmente interesante?
Desde fuera, puede parecer que las sociedades de capital riesgo invierten en buenas ideas, pero la realidad es que invierten en buenos sectores. El segmento sectorial al que se dirige el capital riesgo suele encontrarse en rápido crecimiento y tener una capacidad que promete ser limitada en los siguientes cinco años. “Los fondos de capital riesgo buscan ideas con alto potencial que ofrezcan garantías de ganancias. Evitan invertir en tecnologías y mercados todavía muy desconocidos, o en las últimas fases de desarrollo de una empresa, donde son inevitables las sacudidas y consolidaciones de la competencia, y el ritmo de crecimiento se ralentiza”, mantiene Alexander Kotov. El pasado año, por ejemplo, los negocios predominantes fueron los semiconductores, la tecnología climática, la tecnología de defensa, las cadenas de suministro y la agricultura.
De este modo, el capital riesgo es un sistema que funciona bien para empresarios que necesitan financiación y para inversores que buscan altos rendimientos. No obstante, como todo tipo de inversión, y como su propio nombre indica, a pesar de tener múltiples ventajas también tiene riesgos. “Para el empresario que quiere poner en marcha su negocio, contar con un fondo experimentado que pretende que el proyecto salga bien para tener un rédito económico es un buen punto de partida. Igualmente, es una ayuda financiera que se distingue de los préstamos tradicionales que obligan a devolver el dinero incluso cuando el negocio no tiene éxito. El dinero concedido en los fondos de capital riesgo no debe devolverse, sino que dependerá de los beneficios del negocio”, reconoce Kotov. “En contrapartida, supone la entrada de un inversor como socio de la empresa, por lo que se puede producir una pérdida de autonomía y poder de decisión. Además, es un modelo que requiere beneficios a corto plazo. La inyección de un fondo de capital riesgo garantiza la sostenibilidad de los primeros años del proyecto, permitiendo ofrecer precios competitivos y asentarse en el sector. Pero, una vez la contribución del inversor se ha liquidado, requiere de rentabilidad para poder mantener el negocio”, concluye el Director de banca.