Pero, ¿en qué consiste esta nueva factura? ¿Aporta algún beneficio? ¿Entenderé algo de los nuevos diagramas y consumos que lleguen a mi buzón? A continuación, desvelamos algunas de las claves fundamentales.
¿Por qué una nueva factura de la luz?
Como tantos países de nuestro entorno, la eficiencia energética se ha convertido en un aspecto fundamental. Consumir de manera más racional, más sostenible y más renovable.
Este cambio en la factura surge a raíz de la nueva ley de cambio climático. Esta ley sitúa a España en un marco equiparable a nuestros vecinos europeos, pero también aporta interesantes mejoras a nivel nacional.
El consumo eléctrico en España ha venido siendo objeto de debate a raíz del alza del precio de la luz tras la pandemia, el “efecto Filomena” y el cambio climático. Cada vez empleamos más energía eléctrica para procesos asociados al bienestar y al consumo doméstico.
Haber pasado más tiempo de lo habitual en casa, debido a los confinamientos y al estado de alarma, ha generado un aumento en el consumo de electrodomésticos, y a la postre, en el consumo y la demanda eléctrica.
Regular la tarificación va orientado a un cambio de tendencia en el consumo, de tal modo que los “dientes de sierra” den paso a una curva de consumo más coherente y sostenida que permita que los precios no oscilen de manera tan abrupta.
Tarifas valle, pico y neutro: ¿cambia algo?
Como si de jerga técnica se tratase, la nueva factura divide sus tiempos de consumo en 3 fases: la tarifa valle, la pico y la neutro.
Cada una tiene sus características pero en líneas generales lo que debemos saber es:
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Tarifa valle: es la que más nos interesa. El consumo es más barato y se regula en horarios de 0:00 a 8:00 entre semana, y las 24 horas de los fines de semana.
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Tarifa neutro: tiene un coste algo mayor, pero dentro de lo asumible. Esta tarifa se prolonga de 8:00 a 10:00 y de 22:00 a 0:00 de lunes a viernes.
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Tarifa “pico”: aquella en que debemos evitar un consumo exagerado, ocupa la franja de 10:00 a 22:00 los cinco días de la semana.
¿Significa esto que ya no puedo cocinar a la hora que solía hacerlo? ¿Tengo que dejar de ver mi serie favorita cada noche? ¿Ya no podré poner el aire acondicionado hasta que no se haga de noche?
Todas estas preguntas tienen la misma respuesta: puede seguir haciendo sus actividades como siempre. Pero ahora será más consciente de lo que gasta en función de la hora del día. Y, por tanto, de cuándo puede ahorrar.
¿De qué manera puedo reducir mi factura?
Para que este cambio en las tarifas no suponga un tremendo quebradero de cabeza, lo más recomendable es que coja papel y lápiz, y haga un pequeño resumen de su día a día.
¿A qué hora suele cocinar? ¿Durante cuánto tiempo? ¿En qué momento del día tiene más aparatos funcionando a la vez? y sobre todo, ¿es capaz de ajustar sus consumos a los tiempos de las nuevas tarifas?
Si quiere reducir el consumo y el coste de su factura, sin duda habrá actividades a las que esté acostumbrado que tendrá que modificar o ajustar. Por ejemplo, cocinar durante más tiempo a horas algo más inusuales, encender y temporizar el uso de determinados electrodomésticos en momentos del día más favorables o, incluso, apagar por completo algunos de los equipos electrodomésticos y de iluminación de su casa.
Por ejemplo, si su actividad hace que vea la tele mientras usa su ordenador portátil y le apetece cenar una pizza, lo mejor es que temporice sus hábitos. Utilice electrodomésticos de bajo consumo simultáneo en la fase neutro, y deje el cocinado para un poco más tarde de las 22:00.
Si por otro lado no puede cambiar sus hábitos, intente que los electrodomésticos de mayor consumo (lavadora, secadora, lavavajillas, horno, etc.) realicen sus funciones en franjas de la fase valle.
A lo mejor no todos sus electrodomésticos son temporizables, pero puede convertir fácilmente cualquier toma de corriente de su casa en un enchufe inteligente con adaptadores que oscilan entre los 5 y los 12 euros. Y van sincronizados a su teléfono móvil o su asistente de voz.
¿Cuál es el ahorro efectivo? ¿Lo notaré cada mes?
Aunque todavía no están en vigor, las estimaciones indican que el ahorro acumulado puede oscilar entre los 90 y los 120 euros al año. A lo mejor 10 euros al mes le parecen poco, pero dado que los precios de la luz van a variar todavía al alza durante algunos meses, lo mejor es empezar por pequeños cambios para ver los resultados.
En definitiva, el consumo eléctrico depende de la necesidad y los hábitos de cada uno. No tiene que volverse loco contabilizando cada segundo que consume energía, o si coincide con cualquiera de las fases de consumo.
Esta nueva tarificación ofrece ventajas objetivas, pero que no serán automáticas. Trate de fijarse pequeños objetivos en sus hábitos de consumo, y optimice lo que pueda su hogar para poder temporizar y controlar el consumo y encendido de sus aparatos electrónicos.
Y recuerde, si su móvil ya está cargado, no hace falta que deje el cargador enchufado hasta la siguiente recarga. Desenchufar también es ahorrar.
Javier Martínez Moronta, Arquitecto BIM. Especialización en Eficiencia Energética., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.