Vuelan los cuchillos en el entorno del Gobierno de coalición social-podemita. Las baterías del grupo mediático más afín a Pedro Sánchez, Prisa, contra el coladero de la Ley del Sí es Sí potenciada desde Igualdad han despertado los resquemores de Unidas Podemos y su principal gurú, Pablo Iglesias.
Para mayor embrollo, no sólo hay un ajuste de cuentas a nivel interno del Gobierno, sino que también se están produciendo situaciones surrealistas como la del propio Iglesias, que calla unos ataques supuestamente procedente del PSOE y denuncia otros en virtud de quién los lleva a cabo.
La historia, por simplificar, es la siguiente: medio Ejecutivo -tanto de la facción socialista como de la morada- está convencido de que desde Moncloa se ha ‘tocado’ a medios afines para intensificar la campaña a efectos de que Irene Montero, ministra de Igualdad, tuerza el brazo y salga de su encastillamiento en no tocar los artículos más polémicos de la ley promovida desde su Ministerio.
A partir de ahí, existe diversidad de opiniones. Para unos, se trata de hacer entrar en razón a Montero y, de paso, demostrar a sus fieles que el Gobierno debe andar unido en esta cuestión. Dicho de otro modo, en Moncloa son conscientes del malestar generado en entornos feministas no ligados a los morados, así como en la opinión pública y en la judicatura, incluso en sus ámbitos más progresistas. Además, se busca reducir la munición que supone para la oposición, concretamente para el PP.
Sin embargo, en el entorno de Unidas Podemos se limitan a aplicar consignas “soviéticas” -como señalan sus socios socialistas- y a no apearse, porque Montero no sólo busca reforzar su imagen, por inaudito que parezca. Y es que sus asesores consideran que la ministra de Igualdad puede salir reforzada de esta crisis de cara a su parroquia electoral. Una valoración sorprendente, pero verídica en los ámbitos morados.
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